La Tecla Mar del Plata
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El último informe sociolaboral del Grupo de Estudios del Trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Mar del Plata encendió luces amarillas sobre la situación del mercado laboral local. Detrás de la aparente estabilidad de la desocupación, el estudio detecta un retroceso del empleo registrado y un aumento sostenido de la subocupación y la informalidad.
Según los investigadores Eugenio Actis Di Pasquale y Marcos Gallo, en el segundo trimestre de 2025 la tasa de actividad cayó un punto y se ubicó en 48,2%, el mismo nivel del año pasado. “Esto implica que hay 4.000 personas menos que hace un año que están integrando la población económicamente activa”, advierte el documento.
El empleo también retrocedió, con una tasa del 45,1% y 302.000 ocupados, lo que representa 4.000 menos que en 2024. Sin embargo, la desocupación se mantuvo estable en 6,3%, un valor históricamente bajo para la ciudad, aunque, como aclara el informe, “esta situación donde se mantiene baja la tasa de desocupación en un contexto de caída del empleo registrado puede ser posible únicamente con un aumento del empleo en puestos de trabajos informales y/o precarios”.
En paralelo, la subocupación aumentó del 12,2% al 12,7% —unas 41.000 personas—, reflejando la precarización del mercado laboral. El informe sugiere que este fenómeno puede explicarse como un mecanismo de ajuste frente a la falta de empleo asalariado: “Mujeres de edades centrales que venían buscando empleo abandonan la búsqueda y comienzan una inserción laboral por cuenta propia de menos de 35 horas semanales, deseando trabajar más horas para llegar a cubrir los ingresos familiares”, describe el documento.
Otro dato relevante es el aumento de los ocupados que demandan un empleo, que pasaron del 12,3% al 14,2%, lo que equivale a 46.000 personas. Para los autores, este cambio “podría representar un cambio de tendencia a lo que venía sucediendo desde 2018, que es el efecto desaliento en la búsqueda de empleo de la población ocupada”.
Al sumar la tasa de desocupación y la de ocupados demandantes, la presión general del mercado laboral asciende a 20,5%, lo que implica que unas 66.000 personas están buscando trabajo activamente. Un número que, si bien es menor al de años de crisis como 2017 o 2019, vuelve a crecer tras dos años de aparente mejora.
Destrucción del empleo registrado y precarización
El informe del grupo de estudio incorpora también datos de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Capital Humano, que muestra una tendencia preocupante: desde marzo de 2025 se registran seis meses consecutivos de caída del empleo formal en empresas de cinco o más trabajadores. “Estos cambios son el resultado de una menor proporción de altas respecto a las bajas registradas durante el mes”, subraya el estudio.
A esto se suma un aumento de los despidos sin causa, que alcanzaron niveles superiores a los de 2019. El relevamiento también da cuenta de una fuerte contracción en la construcción y los servicios sociales y comunales, además de un descenso sostenido en la industria manufacturera y el sector de transporte y comunicaciones.
Mientras tanto, las ramas de comercio, restaurantes y hoteles desaceleraron su crecimiento, y el empleo en servicios financieros y empresariales fue el único que mostró una leve recuperación.
“En definitiva, en Mar del Plata hubo una destrucción de empleos que se puede evidenciar por dos fuentes de datos: la caída de la tasa de empleo y la disminución de la cantidad de trabajadores en empresas de 5 o más empleados”, destaca el informe. Además, advierte sobre un posible desplazamiento de trabajadores hacia la informalidad como “refugio ante la falta de oportunidades formales”.
Un mercado laboral en equilibrio frágil
Para los investigadores, el escenario marplatense refleja una tendencia nacional: la economía muestra señales de crecimiento interanual, pero sin traducirse en creación de empleo de calidad. En palabras del informe, “los datos sugieren que las políticas económicas implementadas no han logrado generar la estabilidad y el crecimiento del empleo necesarios para superar la crisis previa, dejando un clima de notoria incertidumbre de cara al futuro político inmediato”.
El resultado es un mercado laboral en “modo ajuste”, donde los indicadores formales ceden terreno frente a estrategias de supervivencia. En Mar del Plata, la caída del empleo registrado se disfraza de estabilidad, pero el termómetro social marca otra cosa: menos horas trabajadas, más precariedad y un aumento del trabajo informal que vuelve a ser, como en los años más duros, el principal amortiguador de la crisis.