Fuerza Patria logró sumar más bancas de las que ponía en juego, con el dato relevante que después de muchos años vuelve a tener quórum propio en la Cámara alta. Todos los que ingresan.
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El peronismo festeja una victoria más en la Provincia, y le sobran motivos para hacerlo de manera efusiva. Entre ellos, haber vuelto al triunfo tras 20 años de reveses consecutivos en los comicios de medio término. También descorcha porque Fuerza Patria tendrá en el Senado quórum propio, un privilegio del que hasta ahora no había gozado Axel Kicillof en sus seis años de gobierno, en ninguna de las dos Cámaras.
Claro que cuando baje la espuma del gozado éxito electoral, el variopinto espacio oficialista corre el riesgo de volver a quedar preso de una interna de al menos tres patas, que siempre lo tuvo al borde del estallido. Por ahora, claro está, todas las lanzas deberán bajarse y, aunque a algunos no les guste demasiado, deberán aceptar que el padre del triunfo es Kicillof. Ya no caben reproches al desdoblamiento desde afuera, tampoco el haber cedido en el armado de listas desde adentro, por nombrar sólo dos cuestiones que tensionaron en los últimos meses. El Gobernador debiera transitar sus últimos dos años en el Ejecutivo en armonía legislativa, con menos problemas para que se aprueben leyes. De cara a la puja interna, además, el mandatario fortificó la presencia del Movimiento Derecho al Futuro dentro de ambos recintos, con dirigentes a los que seguramente les aguarda un rol protagónico dentro del esquema legislativo.
SENADO
En el Senado ya no habrá excusas sobre palos en la rueda puestos por la oposición. Desde diciembre, Fuerza Patria tendrá 24 manos sobre 46, es decir quórum propio. Sólo deberá negociar con la oposición cuando sean necesarios los dos tercios.
En ese aspecto, el matrimonio por conveniencia, y en algunos casos por convicción, entre La Libertad Avanza y el PRO sufrió su primera crisis electoral, demostrando que no siempre dos más dos da cuatro como resultado.
A pesar de su contundente derrota, el tándem libertario-amarillo sumará tres bancas a las que tiene actualmente. En caso de que decidan unificar sus bloques. Ahora los violetas cuentan con 4 legisladores, presididos por Carlos Curestis, y el PRO tiene 9, pasando a 16 en diciembre si optasen por la fusión.
En el caso de los boina blanca, el abadismo (UCR-Cambio Federal) quedará reducido a la presencia de Nerina Neumann, mientras que también habrá una radical en el nuevo bloque Somos Buenos Aires (actualmente se refugiaron allí el chacabuquense Agustín Máspoli y el ex intendente de General Alvear, Alejandro Cellillo, aunque finalizan mandato).
El espacio creado para las legislativas tendrá dos bancas: la de la radical Natalia Quintana, de la Cuarta y designada a propuesta de Fernández, y la del intendente de Junín, Pablo Petrecca, del PRO referenciado en Jorge Macri.
También habrá representación de los ex libertarios de Unión y Libertad, encabezados por el exmileista Sergio Vargas. Son 3 y tienen mandato hasta 2027.
DIPUTADOS
Desde el último mes del año, la sociedad entre el kicillofismo, el cristinismo y el Frente Renovador de Sergio Massa tendrá 39 diputados, consolidándose como primera minoría. En un recinto que seguirá bastante atomizado, el peronismo deberá buscar socios para alcanzar la mayoría. No le alcanza con los 3 diputados que quedan de Unión, Renovación y Fe.
Una puerta para llegar al número mágico de 47 es que acompañen también los 5 legisladores con mandato hasta 2027 de Unión y Libertad, quienes aún reclaman algunas supuestas promesas incumplidas para acompañar proyectos ya votados. Ambos bloques se cotizarán, como también lo harán otros espacios que deben buscar la manera de hacerse importantes en el esquema legislativo.
La derrota de los libertarios-liberales fue contundente, aunque le permitió al bloque de derecha consolidarse como segunda fuerza en la Cámara baja, con un espacio que podría llegar a las 30 bancas en caso de que decidan unificarse. La forma en que unos y otros procesarán el sacudón del domingo confirmará si sumarán escaños o, por el contrario, los amarillos conservarán su autonomía y, en todo caso, abrirán la posibilidad de conformar un nuevo interbloque (hasta ahora funcionaban en coordinación con los radicales abadistas y la Coalición Cívica).
Si la cosecha fue menor a la esperada en el frente pintado de violeta, lo de los radicales se torna casi dramático. Enrolados en las filas de Somos Buenos Aires, perderán varios sitios y quedarán con una muy minoritaria representación, con dos bloques que muestran pocos indicios de reunificación.
El abadismo, que rechazó sumarse a la alianza de centro, resignó las posibilidades de ir en busca de legisladores, presentado boleta corta con Nuevos Aires en Mar del Plata, tierra natal de Maximiliano Abad y su alfil al frente del bloque UCR-Cambio Federal, Diego Garciarena.
El espacio tendría 4 diputados: Alejandra Lorden, Valentín Miranda y Silvina Vaccarezza, además de Garciarena. Aunque es más que probable que Miranda emigre, habida cuenta de que está alineado con Miguel Fernández, titular del Comité de Contingencia y factótum de Somos que se alejó de Abad tras el cierre de listas. El también trenquelauquense podría recalar en el flamante bloque rosado, junto a Matías Civale, único sobreviviente de la ex bancada Acuerdo Cívico UCR-GEN, y los recién electos Andrés De Leo -bahiense- y la dorreguense Priscila Minaard, por la Sexta Sección electoral.
Pero tamnbién, aliados en la boleta para las nacionales de octubre, los radicales de Somos podrían establecer un nuevo interbloque con la Coalición Cívica, representada por Andrés De Leo, del mismo partido que dos de los tres miembros del bloque con mandato hasta 2027: Luciano Bugallo y Romina Braga.
Además, tendrán representantes Espacio Abierto, sello de los hermanos Passaglia, que colocó 3 legisladores; el FIT-U (con 2 escaños) y Derecha Popular, con un legislador.