La Tecla Mar del Plata
Redacción
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Línea de ribera y bajadas a playa: un debate "público-privado"
A meses de la temporada estival, surgen interrogantes en torno al espacio. La medición ¿omitida? que podría torcer el rumbo de las carpas y el avance inmobiliario en el sur que podría taponar los caminos hacia el mar.
Aunque las temperaturas -aún invernales- alejan la vista de las playas, algunas preguntas vinculadas a la temporada estival comienzan a descongelarse. Y pocas cosas atraviesan tanto a la comuna en el verano como el espacio.
Una postal repetida temporada tras temporada es la de las carpas casi sobre el mar limitando al mínimo posible la playa pública. La ubicación y cantidad de toldos -poco frecuentes en el mundo pero comunes en la Costa Atlántica- depende de las concesiones y las claúsulas de contratos otorgadas de la comuna.
No obstante, ésta puede ser modificada por la línea de ribera, es decir, la sucesión de puntos que determinan las altas mareas normales o las crecidas medias ordinarias. Sí dicha línea, medida por la Autoridad de Agua del gobierno provincial- se modifica, corresponde mover el límite de los balnearios a los fines de garantizar más playa pública.
Otra de las interrogantes está vinculada al sur de la ciudad dónde el desarrollo imobiliario florece y promete ir cada vez más allá. Proyectos como el de La Reserva, que pretende crear un complejo sobre la playa, trae incertidumbre en torno a que pasará con la docena de bajadas públicas que hay desde el Faro hasta el fin del partido.
En pasillos y cafés hay quienes recuerdan el conflicto con importantes empresarios de la ciudad que habían taponado algunas de ellas.
El debate "público-privado" empieza a calentarse como la arena un mediodía de diciembre.
Una postal repetida temporada tras temporada es la de las carpas casi sobre el mar limitando al mínimo posible la playa pública. La ubicación y cantidad de toldos -poco frecuentes en el mundo pero comunes en la Costa Atlántica- depende de las concesiones y las claúsulas de contratos otorgadas de la comuna.
No obstante, ésta puede ser modificada por la línea de ribera, es decir, la sucesión de puntos que determinan las altas mareas normales o las crecidas medias ordinarias. Sí dicha línea, medida por la Autoridad de Agua del gobierno provincial- se modifica, corresponde mover el límite de los balnearios a los fines de garantizar más playa pública.
Otra de las interrogantes está vinculada al sur de la ciudad dónde el desarrollo imobiliario florece y promete ir cada vez más allá. Proyectos como el de La Reserva, que pretende crear un complejo sobre la playa, trae incertidumbre en torno a que pasará con la docena de bajadas públicas que hay desde el Faro hasta el fin del partido.
En pasillos y cafés hay quienes recuerdan el conflicto con importantes empresarios de la ciudad que habían taponado algunas de ellas.
El debate "público-privado" empieza a calentarse como la arena un mediodía de diciembre.