La idea seduce a un sector el partido fundado por Macri, que observa con algo más de escepticismo recorrer un camino conjunto con libertarios y bullrichistas. Por lo pronto comenzaron a recuperar su tropa y mostrar músculo en la geografía provincial, donde se librará la más importante de las batallas.
Además, son conscientes de que un acercamiento con los libertarios dejaría fuera a los radicales, reacios a sumarse a un proyecto con futuro incierto como el violeta, y es rechazado por los dos sectores en pugna dentro del radicalismo bonaerense.
Así, también en el centenario partido comienzan a pensar en una reedición de Juntos de cara a 2025 y 2027, en especial desde la trinchera oficialista que conforman el abadismo, el possismo y el sector leal al exvicegobernador Daniel Salvador, bajo el sello de Unidad Radical.
“Si el PRO, o un sector del PRO, no termina de sumarse al proyecto libertario sería una buena noticia para nosotros, porque abriría la puerta a revivir Juntos por el Cambio”, confió un dirigente de la primera línea radical a La Tecla.info.
Y añadió: “Para nosotros sería una tabla de salvación, o un salvavidas directamente, porque la única alternativa que nos quedaría sería ir con la vieja Lista 3, y sacaríamos 3 o 4 puntos en la Provincia”.
La jugada podría tener un aceptable plafón en CABA y la provincia de Buenos Aires, pero ¿qué pasaría en el resto de las provincias? "Si se abrochan estos dos distritos, el resto se puede sumar como un proceso de decantación", confió un legislador de la UCR.

Fernández, presidente electo del Comité Provincia, y el senador nacional Maximiliano Abad.
En un punteo, los radicales -al menos los oficialistas- podrían recomponer con sus viejos socios amarillos, además de sumar a la Coalición Cívica, con quienes conforman un interbloque de hecho (no existe esa figura en el reglamento de la Legislatura). En el Senado sólo conviven boinas blancas y amarillos, ante la ausencia de “lilitos”, aunque los radicales suman a “margaritos” de Stolbizer y monzoístas.
La reedición JxC contaría con el beneplácito de un sector importante de intendentes de ambos partidos mayoritarios, quienes conservan las alianzas en los concejos deliberantes y, además, en la integración de los equipos de gobierno municipales.
Claro está, la UCR bonaerense quedó fracturada casi a la mitad a partir de la escisión del sector que responde a Facundo Manes y Martín Lousteau, que armó su propio bloque en Diputados bajo la presidencia de Claudio Frangul, recientemente reemplazado por el tandilense Matías Civale.

Diego Garciarena (UCR-Cambio Federal) y Matías Ranzini (PRO), Juntos en Diputados.
Bajo el sello de Futuro Radical, disputaron la interna del año pasado con la candidatura del legislador provincial y referente de Evolución, Pablo Domenichini, judicializando el resultado de los comicios que dieron ganador, en principio, al trenquelauquense Miguel Fernández. Se espera que en los próximos días la Cámara Nacional Electoral emita su fallo y resuelva el conflicto interno por la conducción del Comité Provincia, en manos de Maximiliano Abad hasta finales de este mes.
Con señales claras de distanciamiento de los libertarios y los amarillos, este grupo dentro de la UCR provincial, Manes se ha mostrado junto a peronistas no kirchneristas como los intendentes de Tigre y Esteban Echeverría, Julio Zamora y Fernando Gray; el exjefe comunal de Hurlingham, “Juanchi” Zabaleta; el lavagnista Alejandro “Topo” Rodríguez o el extitular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, aunque los legisladores monzoístas (Marcelo Daletto y Silvina Vaccarezza, en el Senado y Diputados, respectivamente) comparten bancada con los abadistas.

Manes-Schiaretti y un acercamiento que podría terminar en opción electoral.
El neurocientífico también se mostró en varias ocasiones junto al líder del peronismo cordobés, Juan Schiaretti, quien no resigna sus aspiraciones presidenciales y trabaja para exportar su perfil cordobesista. Y dejó una frase categórica: "Me gustaría una fórmula radical-peronista", lanzó.