11 de julio de 2025
ELECCIONES 2025
Los partidos políticos en crisis existencial, pero las internas más vivas que nunca
Cerraron las alianzas y se multiplicaron los frentes. Pero lo que viene no es calma, sino rosca: cada sello es un amontonamiento, cada boleta es una pulseada. En Mar del Plata, todos hablan de unidad mientras tironean por un lugar en la lista.

La política mutó: ya no se organiza en partidos con doctrina, programa o identidad. Hoy todo es alianza, frente, paraguas. Pero debajo de esos sellos recién estrenados, lo que se impone es la interna. En Mar del Plata, donde todos los frentes tienen territorio, la batalla por el armado expone lo de siempre: los partidos pueden morir, pero las internas no.
La alianza entre La Libertad Avanza (LLA) y el PRO fue el último gran movimiento en el tablero bonaerense. Pero su traducción local está lejos de cerrarse. Guillermo Montenegro es el intendente y uno de los nombres fuertes para la Quinta Sección. ¿Quién encabezaría la lista? ¿Negociará lugares? ¿Cederá espacios? Alejandro Carrancio, vicepresidente de LLA en provincia, dejó entrever que las conversaciones con el jefe comunal están “bien encaminadas”, pero sin cerrar. La pregunta de fondo no es si Montenegro encabezará la lista seccional, sino qué espacios cederá a sus nuevos socios en el gobierno municipal. Porque hay acuerdo, sí. Pero hay que ver si hay espacio.
En el peronismo, la unidad se anunció, pero el humo de la cocina sigue. El frente Fuerza Patria junta a La Cámpora, el massismo, el kicillofismo, al Frente Renovador (FR), el morenismo, Acción Marplatense (AM) y todo lo que quepa. Esa “unidad” no eliminó las tensiones: los sectores disputan lugares en la boleta y hasta ahora no hay un armado definitivo. Con muchos nombres y pocos lugares, nadie se baja y todos miran a los costados. Hay alianza, pero no hay orden.
La Unión Cívica Radical (UCR), mientras tanto, juega en paralelo. Una parte está en el frente “Somos Buenos Aires”, otra se rearma bajo el ala de Maximiliano Abad. Hay boletas, pero no liderazgos claro. En Mar del Plata, los radicales aún no definen quién va arriba. Y la interna está más viva que nunca.
Así está el mapa: cada frente es un amontonamiento con líneas internas que tironean, empujan y resisten. Todos hablan de unidad, pero todos buscan encabezar. El 19 de julio cierra todo. O, mejor dicho, se termina de abrir todo. Porque cuando se reparten los lugares, no hay relato que alcance: sólo cuenta quién entra, quién cede y quién se queda afuera.
La política ya no se ordena por programas, partidos o identidades claras. Se ordena por internas, por roscas subterráneas y por la disputa sorda del armado. Con la crisis de los partidos políticos, las internas son lo único que queda. Y esta vez, Mar del Plata no será una excepción: será el escenario perfecto.