La Tecla Mar del Plata
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La oficialización de los frentes electorales para las legislativas del 7 de septiembre reconfigura el escenario político en General Pueyrredon, pero todavía hay una incógnita central: qué pasará con la distribución de fuerzas en el Concejo Deliberante. Todo dependerá de las listas que se presenten antes del 19 de julio, cuando venza el plazo para definir candidaturas y quede claro qué bloques y concejales buscarán renovar sus bancas.
Se pondrán en juego 12 de los 24 escaños del cuerpo legislativo, y el oficialismo local —hoy con mayoría propia— arriesga gran parte de su dominio. El interbloque que responde al intendente Guillermo Montenegro cuenta actualmente con 13 concejales, lo que le permite aprobar expedientes sin necesidad de acuerdos con la oposición. Pero 8 de esas bancas deberán ser revalidadas este año. Entre quienes terminan mandato están Cristian Beneito, Angélica González, Daniel Núñez, Marina Sánchez Herrero, Guillermo Volponi, Mercedes Morro, Gustavo Pujato y Florencia Ranellucci.
Por la oposición, también concluyen los mandatos de Virginia Sívori, Ariel Ciano, Mariana Cuesta y Miguel Guglielmotti. Varios de esos nombres —como Sívori, Ciano, González, Volponi y Morro— no podrán volver a postularse porque ya cumplieron dos períodos consecutivos. El desenlace dependerá de si la Legislatura habilita la reelección para algunos casos, pero de todas formas se avecina una renovación de figuras clave, especialmente dentro del oficialismo.
A ese reacomodamiento se suma un nuevo actor con potencial de impacto: La Libertad Avanza. Aunque hoy tiene solo dos bancas y no forma parte del interbloque, su crecimiento en las encuestas y sus negociaciones con el PRO podrían transformar la dinámica interna del Concejo. En las últimas horas se oficializó que el PRO y La Libertad Avanza compartirán boleta en la provincia de Buenos Aires, bajo el frente que lidera Javier Milei. Resta saber si el acuerdo será solo electoral o si se traducirá en una alianza legislativa que modifique el gabinete local.
Actualmente, el reparto de fuerzas es 13 para el oficialismo, 9 para la oposición y 2 para LLA. Si Montenegro pierde bancas y los libertarios ganan peso, podría surgir un nuevo bloque con poder de decisión. Pero también existe la posibilidad de que LLA actúe por fuera de cualquier alianza y complique la gobernabilidad, o que la oposición amplíe su número y obligue al Ejecutivo a negociar cada proyecto.
En paralelo, la UCR atraviesa una fuerte disyuntiva interna. Aunque parte del radicalismo integra el bloque oficialista, el acercamiento del PRO a LLA generó tensiones: un sector rechaza tajantemente ese entendimiento, mientras otro teme perder poder si se alejan del armado de Montenegro. En ese contexto, la fractura del radicalismo parece latente y podría derivar en un nuevo mapa de alianzas y rupturas tras el cierre del 19 de julio. Pero también hay sectores que buscan unir puentes con los libertarios.
Ese día, cuando se oficialicen las listas y se conozca cuántos concejales actuales buscarán renovar su banca y bajo qué sello, comenzará a definirse realmente el futuro político del Concejo. La elección de septiembre no solo determinará quiénes ocuparán las bancas entre 2025 y 2029, sino si el intendente podrá sostener el control del cuerpo sin depender de alianzas coyunturales.