19 de septiembre de 2025
INCERTIDUMBRE
Estacionamiento medido: 810 días después, el expediente quedó atrapado en la tormenta
El proyecto más discutido de los últimos años en el Concejo Deliberante superó todas las instancias administrativas, pero sigue sin adjudicación. La inacción municipal abre dudas sobre la verdadera voluntad de concesionar el servicio y expone una paradoja: se debatió hasta el cansancio, se votó con dramatismo y hoy está en el limbo.

El 3 de julio de 2023 ingresó al Concejo Deliberante el expediente para privatizar el estacionamiento medido en General Pueyrredon. Desde entonces pasaron 810 días. En el camino hubo debates interminables, fracturas políticas, protestas sindicales, una votación cargada de tensión en abril de 2024 y la apertura de sobres en enero de 2025 con cuatro oferentes en carreta. Todo parecía encaminado. Pero a 19 de septiembre de 2025, la licitación sigue sin definirse.
El contraste es inevitable: mientras otras concesiones y licitaciones avanzaron con rapidez, el medido quedó atrapado en una parálisis que nadie explica. No se adjudicó, no se descartó, ni siquiera se justificó públicamente la demora. El expediente atravesó todos los pasos formales, pero permanece en una especie de nebulosa administrativa que, en los hechos, revela más una decisión política de no avanzar que una dificultad técnica.
La paradoja es evidente. Lo que se presentó como una de las modernizaciones emblemáticas de la gestión, con promesas de tecnología, mayor recaudación y agilidad en el control, hoy sigue funcionando con un sistema municipal obsoleto. Los 3.818 espacios de estacionamiento continúan gestionados como antes, sin las mejoras previstas en el pliego.
La dilación, en este punto, ya no puede explicarse como un proceso administrativo. Más bien refleja una estrategia: congelar el tema hasta que la coyuntura lo vuelva más digerible, o bien dejarlo naufragar en silencio. En cualquiera de los casos, la inacción está a la vista. Un expediente que atravesó 810 días de idas y vueltas, que dividió al Concejo y desgastó al oficialismo, terminó estacionado en el peor escenario posible: en medio de una tormenta de indefinición.