La Tecla Mar del Plata
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En la antesala de las elecciones legislativas del 7 de septiembre, la pelea por las cinco bancas de la Quinta Sección Electoral promete una definición cerrada. La matemática es clara: con el sistema proporcional vigente, una lista necesita alcanzar al menos el 20% de los votos para asegurarse un escaño en el Senado bonaerense. Este requisito, lejos de ser un detalle técnico, anticipa que la disputa estará concentrada entre dos fuerzas.
La Quinta Sección, integrada por 27 municipios, tiene 1.290.948 votantes habilitados, pero General Pueyrredon vuelve a ser el gran elector de la contienda: 575.613 personas empadronadas, el 44,6% del padrón, confirman su peso específico. Detrás se ubican Tandil (117.853), Necochea (87.250) y el Partido de La Costa (83.039), conformando el eje costero que también incidirá en el resultado.
Aunque hay 15 listas en carrera, el escenario real se polariza. La mirada está puesta en las dos nóminas que llegan con mayores chances: Guillermo Montenegro, por La Libertad Avanza, y Fernanda Raverta, por Fuerza Patria. Ambos marplatenses, cuentan con estructuras potentes detrás y los dos apostando a capitalizar el voto de General Pueyrredon, un distrito que no solo aporta volumen, sino que también marca agenda.
La fragmentación del resto de las fuerzas y el umbral del 20% dejan poco margen: la pelea por los cinco lugares volverá a dirimirse en la lógica de la grieta. En este escenario, el peso territorial de Mar del Plata es determinante, pero no alcanza para copar todos los escaños. Cada voto en los municipios más chicos puede inclinar la balanza para el reparto final.
Con la cuenta regresiva en marcha, los candidatos ya comenzaron a moverse en la previa de la campaña, afinando discursos y buscando instalar sus ejes en una elección donde cada punto porcentual vale oro. La disputa por el Senado provincial ya empezó, y todo indica que el 7 de septiembre el mapa político de la Quinta volverá a pintarse en dos colores.