16 de diciembre de 2025
INCERTIDUMBRE
OSSE: el vencimiento de mandato pone en riesgo la firma y la gestión diaria
A horas de la caducidad de los nombramientos, aún no se define la nueva conducción de la empresa sanitaria. La parálisis administrativa y el reacomodamiento de fuerzas marcan la transición en General Pueyrredon.
El reloj corre para Obras Sanitarias Sociedad de Estado (OSSE) de General Pueyrredon. Este 16 de diciembre expira el mandato de su actual Directorio, y hasta ahora, no se han emitido señales claras ni ha formalizado la designación de las nuevas autoridades que tomarán las riendas de la estratégica empresa.
La situación no es meramente formal: la falta de una nueva cúpula directiva implica que, a partir de mañana, la compañía quedará sin firma legalmente vigente. En la práctica, esto supone una parálisis administrativa inmediata para cualquier trámite que requiera la rúbrica de un directivo, incluyendo pagos a proveedores, gestiones bancarias o la validación de documentación oficial. Fuentes internas de la empresa confirmaron a La Tecla que la falta de novedades es total, lo que añade un manto de incertidumbre en la operatoria diaria.
La urgencia se acentúa sabiendo que la habilitación de una nueva firma no es instantánea. Se requieren al menos 24 horas de gestiones una vez que los nombres estén designados de manera oficial, lo que proyecta un invervalo de, como mínimo, dos días sin capacidad operativa de firma para OSSE.
Este vacío de poder coincide con la intensa etapa de transición y reacomodamiento del gabinete municipal que vive General Puereddon. La demora en la designación de la cúpula de OSSE se inscribe en las negociaciones y equilibrios de fuerzas que definen el nuevo mapa político de la gestión. La empresa de servicios sanitarios, dada su envergadura y manejo presupuestario, es tradicionalmente una pieza clave en el esquema de poder local, lo que explica, en parte, la cautela y el tiempo para hacer el anuncio.
Mientras tanto, el presidente saliente de OSSE, Carlos Katz, buscó poner paños fríos a la situación, aunque reconoció la incertidumbre sobre los nombres. En declaraciones radiales, Katz enfatizó: “No me genera incertidumbre el futuro de OSSE. La incertidumbre pueden ser los nombres, pero no veo ninguna posibilidad de privatización. Para eso tiene que haber una ordenanza y no veo concejales acompañando algo así”. Sus palabras intentaron despejar fantasmas sobre cambios estructurales, anclando el debate en el plano de la disputa política por la designación, y no en la naturaleza pública de la compañía.
Con la mira puesta en el Palacio Municipal, y a la espera de un decreto municipal que destrabe la situación, la sociedad de General Pueyrredon observa cómo la empresa que garantiza un servicio esencial se adentra en un limbo de acefalía formal, demostrando que la reorganización del poder municipal está resultando más compleja de lo esperado.