Seguridad: la herencia que deja Darío Oroquieta

“Gran parte de la realidad te la da el vecino”, fue la reflexión de Darío Oroquieta ante este medio apenas asumido como secretario de Seguridad de Mar del Plata, haciendo foco en el diálogo dentro de los barrios para determinar dónde intensificar la presencia policial.

Pero en casi 11 meses de gestión, el funcionario recibió cuestionamientos por todos lados en lo que respecta a la prevención del delito. Una situación que empeoró ante la llegada, y extensión, de la pandemia del coronavirus, la cual profundizó las necesidades económicas en la ciudad, azotada por el 26% de desocupación y el 38,9% de pobreza.

Hoy la salida de Oroquieta ya es un hecho. Y motivos no faltaron. A lo largo de estos meses, el funcionario de primera línea, justamente en el área de especialidad del intendente Guillermo Montenegro, no logró establecer una política de seguridad clara, al mismo tiempo que los focos de conflicto se multiplicaron en General Pueyrredon.

Los ilícitos se hicieron moneda corriente en distintos barrios, como Nuevo Golf, o el Hipódromo, donde se vive en alerta por la posibilidad de usurpación de terrenos. O en la zona céntrica, como en Luro e Independencia, en la que reina el mercado ilegal de cambios y la falta de protocolos sanitarios.

Puertas adentro, Oroquieta tampoco fue bien visto durante su periplo. Por caso, en julio, La Tecla Mar del Plata informó que el agente Carlos Sale, quien debía coordinar las tareas de la Patrulla Municipal, pidió la jubilación por diferencias con el “cibercomando”. Principalmente, por malos tratos y pedidos “irracionales”, una sensación que se esparció entre varios de sus súbditos en Seguridad.

Pero las malas noticias no quedaron ahí. En el plano nacional, el secretario también vivió contratiempos. En el marco de la investigación por presunto espionaje ilegal por parte de la AFI durante la presidencia de Mauricio Macri, el funcionario tendría ligazón con uno de los espías apuntados y podría ser citado por la Bicameral de Inteligencia: el área del Senado que analiza las denuncias por los hechos ocurridos durante la administración de Cambiemos, en donde el titular de Seguridad fue funcionario de Patricia Bullrich.

En este berenjenal asumirá Horacio “Toto” García, el apuntado por Montenegro para renovar el gabinete, el cual podría tener más cambios incluso. Este medio pudo confirmar que el nuevo secretario de Seguridad asumirá la semana que viene.

Como principal desafío para García en el corto plazo, aflora la coordinación con el Operativo Sol de cara a la próxima temporada de verano. En reiteradas ocasiones, el intendente remarcó la necesidad de trabajar en conjunto con la Policía Bonaerense para combatir la proliferación de las fiestas clandestinas ante la negativa de Provincia para que abran los boliches.

Por otro lado, recomponer el vínculo con el Ministerio de Seguridad de la Nación también luce como otra tarea pendiente que deja Oroquieta. Tras la negativa de la ministra Frederic de restituir unos 500 efectivos de las fuerzas federales que abandonaron la ciudad a comienzos de año, “el cibercomando” se trenzó en una disputa twittera con el secretario de la cartera nacional, Eduardo Villalba. Algo alejado de las pretensiones de Montenegro, que a lo largo de la pandemia remarcó la necesidad de un diálogo fluido con la administración que conduce Alberto Fernández, siempre en un tono mesurado, al igual que con Gobernación.

Asimismo, yendo a los últimos números brindados por el Cemaed (Centro de Análisis Estratégico del Delito y la Violencia), el ex director de Migraciones se topará con una tendencia en aumento en lo que respecta al robo de motos, una situación que ya generó, meses atrás, una protesta de los repartidores de delivery, los más damnificados ante estos ilícitos.

En concreto, según el último informe sobre agosto y septiembre, hubo una suba del 40% en las sustracciones de estos vehículos. Sucedieron 196 robos de motos entre dichos meses, mientras que en julio fueron 68, una media de 30 casos mensuales más. Asimismo, la situación de los comercios es otra de las que mostró una balanza desfavorable, donde hubo un incremento del 4,5%, pasando de los 77 casos de julio a los 80,5 en promedio de los siguientes dos meses.

Por último, donde se pudo observar otro incremento, aunque solo del 2%, fue en el robo automotor debido a que el bimestre agosto-septiembre tuvo 55 casos en promedio, uno más que los de julio.