Consejeras de Juntos volvieron a denunciar la falta de obras en la ciudad: mientras que la Provincia publicita 94 escuelas nuevas, ninguna pertenece a General Pueyrredón. El programa MESA, parte también de las disputas con el Frente de Todos.
La educación viene siendo uno de los escenarios de más roces entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. A la polémica por los terrenos en el barrio Fortunato de la Plaza se suman las discusiones por los fondos y obras.
Desde Provincia anunciaron 94 escuelas nuevas construidas con distintos carteles publicitarios en la ciudad. ¿La particularidad? Ninguna pertence al partido de General Pueyrredón. A esto se refirieron desde el espacio de consejeras escolares de Juntos.
Porque discriminan nuestra ciudad mientras dicen que no lo hacen. Porque siempre amagan por izquierda pero viven por derecha. Porque no tienen códigos. Porque tiene que haber límites. Porque el país se desarma.
En Gral. Pueyrredon, uno de los distritos mas grandes, donde faltan edificios, donde muchos son alquilados, no se realizó ningún establecimiento educativo nuevo. La educación es prioridad! https://t.co/cEGtbs9wiD
— Celeste G. Bracciale (@Celestegbracci1) August 5, 2022
Hace algunos días, Eva Fernández, consejera del Frente de Todos había cruzado a Juntos, quienes se habían reunido con la Secretaría de Obras.
Te espere en la Comisión de Infraestructura y no viniste!!!
Se reunió la Comisión de Infraestructura a la que lamentablemente Juntos por el Cambio pegó el faltazo sin aviso. Exigen información, se las brinda y luego mienten diciendo que no se las dan. pic.twitter.com/c7OqbjwShD
"Ahora solo falta que entreguen alimentos en las escuelas metidas en cajas con el logo de la provincia", agregaron en referencia al Programa MESA. Como informó La Tecla dicha iniciativa, dictaminada desde Provincia ante el contexto de emergencia por la pandemia, exige al Concejo entregar los alimentos en cajas -en vez de bolsas- y que estas porten el logo.
Sumar estos elementos encarecería aun más el valor de los módulos. Uno de los problemas reside en que mientras la inflación continúa, el presupuesto destinado al SAE no varía al ritmo de los aumentos, por lo que deberían reducir la cantidad de productos entregados.