Los boina blanca pueblan las listas de varios frentes, agudizando un proceso de desintegración. Fronteras que se difuminan y un reacomodamiento con las legislativas como telón de fondo.
Compartir
“Siempre adelante radicales, adelante sin cesar, que se rompa y no se doble el Partido Radical”.
El estribillo más popular del Himno de la Unión Cívica Radical, de autor anónimo, es toda una invitación a no transigir, a no entregar los principios, y es atribuida a Leandro N. Alem en momentos previos a suicidarse.
La implosión que sufrió -y sufre- el centenario partido en su versión bonaerense parecería haber seguido este ejemplo a rajatablas, a juzgar por las múltiples posiciones adoptadas, especialmente luego del cierre de listas para las legislativas de septiembre.
La dispersión que sufre el partido borró todos los límites sectoriales antes conocidos, al menos desde la reciente división entre Unidad Radical (abadistas, possistas, salvadoristas) y Futuro Radical, subgrupo que contiene a referenciados en Martín Lousteau, presidente del radicalismo nacional y, antes de su ruptura, a las huestes de Facundo Manes.
La foto actual muestra a Unidad Radical (U.R) fragmentada, tras el distanciamiento de Maxi Abad y Miguel Fernández, presidente del Comité de Emergencia hasta que la Justicia defina la interna. Y este último compartiendo conducción con el diputado provincial Pablo Domenichini, referente de Evolución y su rival en la elección para dirimir la jefatura partidaria.
Fernández y Domenichini condujeron a la UCR bonaerense hacia la alianza Somos Buenos Aires, que integran junto con peronistas no kirchneristas, lilitos, socialistas y vecinalistas, un conglomerado rechazado por el abadismo, que se alejó del frente de centro.
Tampoco el possismo quedó dentro del armado alternativo, presentando lista local vecinalista en San Isidro, su pago chico, y con Nuevos Aires a nivel seccional, con Mauricio D´Alessandro encabezando la boleta en la Tercera sección.
Amén de unos pocos “peluca”, que se recostaron en La Libertad Avanza (el abadismo lo intentó, sin éxito), se observan boinas blancas en “Hechos”, el nuevo sello de los hermanos Santiago (intendente) y Manuel Passaglia en la Segunda sección, y alguno que otro disimulado en Potencia, el espacio que construyó María Eugenia Talerico, ex vicepresidenta de la Unidad de Información Financiera (UIF) en tiempos de Mauricio Macri.
Para sumar algo más de confusión, intendentes y referentes encuadrados en el sector del presidente del Comité Nacional abandonaron Somos y presentaron listas bajo el mismo logo que el abogado D´Alessandro, y la primera plana del salvadorismo se alejó de Somos Buenos Aires por no tener lugares en las listas locales y seccionales.
Un panorama poco alentador, que anticipa tiempos movidos en el centario partido.