13 de agosto de 2025
PANORAMA
Fontana asume la Jefatura Departamental en un año con recambio récord y delitos en movimiento
El comisario inspector Cristian Daniel Fontana reemplaza a Edgardo Vulcano al frente de la Policía Departamental de Mar del Plata. El cambio se da en plena carrera electoral y tras cuatro relevos en poco más de un año, con un escenario delictivo que muestra contrastes: menos homicidios en el segundo trimestre, pero persistencia de robos y desplazamiento territorial del delito.

El Ministerio de Seguridad bonaerense confirmó que el comisario inspector Cristian Fontana, con trayectoria en comisarías locales, el conurbano y Fuerzas Especiales, es el nuevo jefe de la Policía Departamental de Mar del Plata. Llega en reemplazo de Edgardo Vulcano, que dejó el cargo por “razones personales” según la versión oficial, aunque en la fuerza circulan lecturas que vinculan el cambio con tensiones internas y la evaluación operativa realizada por la cúpula provincial.
Asimismo, Fontana asume en un contexto complejo: es el cuarto jefe departamental en apenas catorce meses, en una estructura que desde la detención de José Segovia en 2024 no logró consolidar su desempeño.
Este recambio constante de jefes en la Departamental no es solo un problema administrativo: refleja un desgaste político que erosiona la capacidad de conducción en materia de seguridad. Cuatro titulares en poco más de un año implican, en la práctica, que no haya una estrategia sostenida ni un mando que logre afianzarse. Este vaivén, sumado a la dependencia de directivas que llegan desde La Plata, limita la posibilidad de tomar decisiones adaptadas a la dinámica delictiva local y reduce la previsibilidad que requieren tanto los operativos como el trabajo de inteligencia criminal.
Esa fragilidad institucional es, para muchos especialistas, uno de los factores que alimentan la inseguridad en General Pueyrredon. La falta de continuidad en los equipos de conducción repercute en la moral de la tropa, genera vacíos de poder aprovechados por el delito y dificulta la articulación con otras fuerzas y áreas del Estado. En un distrito donde la seguridad ya es un eje de la disputa electoral, la gestión de Fontana tendrá que demostrar que puede romper el ciclo de inestabilidad y, al mismo tiempo, dar respuestas concretas a una ciudadanía que siente que los cambios de nombres en la cúpula no se traducen en mejoras en la calle.
En lo operativo, los últimos datos del Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito (CeMAED) muestran que los homicidios bajaron de 12 en el primer trimestre a 5 en el segundo de 2025, pero que el robo y hurto de vehículos sigue golpeando, con el Área Centro como epicentro y un corrimiento del robo de motos hacia Peralta Ramos Oeste. También creció la participación de varones menores de 18 años entre las víctimas masculinas, un indicador que preocupa y alerta.
Con la campaña bonaerense en marcha, el desembarco de Fontana no solo tendrá que ser medido por sus decisiones policiales, sino también por cómo su gestión se inserte en un clima político donde la seguridad es, cada vez más, parte del mensaje electoral.