8 de septiembre de 2025
GESTIÓN MUNICIPAL
Agustín Neme, de la trinchera legislativa al desafío de gobernar Mar del Plata
El paso de Guillermo Montenegro al Senado bonaerense abre un cambio institucional en General Pueyrredon: Agustín Neme, actual concejal, deberá asumir la intendencia. Hombre formado en la cocina del PRO local bajo el ala de Emiliano Giri, Neme enfrenta el reto de construir legitimidad propia en un Concejo Deliberante reconfigurado tras las elecciones.

La política marplatense entra en una nueva etapa. Con Montenegro camino al Senado, la sucesión recae en Agustín Neme, primer concejal electo por la lista oficialista en 2023 y hoy referente del bloque Vamos Juntos. La Ley Orgánica de las Municipalidades es clara: ante la vacancia del intendente, la responsabilidad pasa al primer nombre de la boleta ganadora. Pero la formalidad jurídica abre un interrogante político: ¿qué significa que Neme conduzca la ciudad?
Neme se forjó en la dinámica del PRO local. Licenciado en Ciencias Políticas, pasó por áreas ejecutivas en la gestión de Carlos Arroyo y por la delegación de IOMA, hasta dar el salto al Concejo Deliberante en 2019. Desde allí, consolidó su lugar como uno de los alfiles más leales de Montenegro, al punto de presidir el bloque oficialista desde 2021. Esa tarea lo mostró como un dirigente con cintura para ordenar al propio espacio y enfrentar la presión opositora, aunque siempre dentro de la lógica de “soldado de la gestión”.
Su perfil público combina gestos de cercanía con una impronta combativa. En redes sociales, supo protagonizar cruces con dirigentes opositores y defender en cada instancia las políticas del Ejecutivo. Entre sus iniciativas, destacan proyectos de obra urbana y también propuestas de carácter más simbólico, como campañas contra la trata o programas de educación financiera.
La intendencia no le será del todo ajena. En septiembre de 2024, durante una licencia de Montenegro, ejerció el cargo de manera interina por tres días. Fue una experiencia mínima, pero con valor político: le permitió mostrarse en la línea de sucesión. Ahora, la diferencia es que el mando no será temporal.
El desafío inmediato para Neme será demostrar que puede ser más que “el hombre de Montenegro”. El nuevo escenario político exige otro tipo de liderazgo: el Concejo se reconfigura con fuerzas que buscarán disputar espacios, y la gobernabilidad dependerá de acuerdos más complejos. Así, el paso de trinchera legislativa a sillón municipal es, para Neme, la prueba mayor de su carrera. De su capacidad para combinar gestión con impronta propia dependerá no solo la estabilidad política, sino también su proyección como uno de los dirigentes jóvenes del PRO con chances de marcar el futuro de Mar del Plata.