La Tecla Mar del Plata
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Las fábricas de harinas de pescado contaminan. Basta con una medición ambiental, con un alto costo político, para que la comunidad marplatense en su totalidad lo sepa. Pero la complicidad política estuvo presente en estos últimos 17 años.
Si bien la Justicia, en muchos casos trata de jugar un rol más “comprometido” que los actores políticos locales, no siempre resuelve a favor de la salud de los miles de marplatenses que están en contacto con el mar y el aire contaminado por las harineras.
Ayer se llevó a cabo en la Cámara Federal de Mar del Plata una Audiencia Pública por el procesamiento al directorio, en su totalidad, de la empresa Coomarpes y su gerente Burkham por la megacausa eco ambiental por la contaminación hídrica al pluvial que va a la playa del puerto, colectora y cuerpo de agua receptor. Un liquido negro terriblemente oloroso.
Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de contaminación? ¿Qué daños la puede generar en los humanos? ¿Porque las harineras como Coomarpes son las responsables?
Las fábricas que se dedican a realizar harina de pescado la hacen con vísceras de pescado, espinazos, cabezas, escamas. Diariamente, apilan dichos residuos formando montones al aire libre, expuestos a las condiciones climáticas, provenientes de plantas donde se descartan como residuos, que llegan sin ningún tipo de trazabilidad y menos de higiene, desde plantas clandestinas, residuos mezclados con inmundicias, y semanas plenamente putrefactados.
Dichos residuos contienen trimetilamina, que es producto de la descomposición de animales y plantas, y es la principal sustancia responsable del olor desagradable asociado al pescado descompuesto, y algunas infecciones.
Este compuesto orgánico nitroso, se trata de una amina terciaria, inflamable e higroscópica. Presente en los montones de pescado podrido que se junta en las fábricas, y no solo allí sino en lo camiones, contenedores, cajones, que se descarga en piletas. El agua es la principal vía de transporte de este producto orgánico: el agua que llega al mar y el agua que se convierte en vapor en el proceso de producción de harina de pescado. Contaminando en ambos casos.
Pero hay un agravante no menor: cuando la trimetilamina por el proceso se transforma en nitrosaminas y aminas en la atmósfera, son compuestos cancerígenos. Hace 40 años se publicaban reportes sobre su acción cancerígena, pero su impacto químico se conoce hace 100 años, tal cual lo relatan los científicos químicos que estudian las industrias del pescado, abundando que las pruebas efectuadas en animales de laboratorio no hubo especie que resistiera. Incluso científicos marplatenses del CONICET han estudiado específicamente el deterioro espacial y ambiental de la zona industrial del puerto.
Definitivamente el ambiente costero está afectado con tóxicos, ecotóxicos, sustancias tóxicas e infecciosas, que se continúan descargando en suelos, napas, lagunas, mar y playas.Mientras el Consorcio Portuario de Mar del Plata, mira para otro lado.
Mientras las fábricas continúan diariamente con su trabajo y contaminación, los Defensores del Pueblo miran para otro lado; al igual que los Entes Estatales que deben no solo cuidar el medio ambiente, sino también velar por la salud de todos los habitantes de la ciudad.