La Tecla Mar del Plata
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Mientras los candidatos recorren la Quinta y la comuna, en los pasillos de la Municipalidad de General Pueyrredon reina la incertidumbre. La razón: si Guillermo Montenegro logra una banca en el Senado bonaerense, el sillón principal quedará en manos de Agustín Neme, presidente del bloque del Pro en HCD. Y nadie termina de tener claro hacia dónde encaminará su eventual gestión.
El runrún genera particular inquietud entre los radicales, que esperan con ansias el resultado del 7 de septiembre. Todo dependerá de si el oficialismo necesita —otra vez— los votos de los “boinas blancas” para aprobar proyectos en el Concejo Deliberante, o si le alcanza con las bancas que pueda sumar la alianza La Libertad Avanza.
Pero la preocupación no es exclusiva de la UCR. También circula entre otras tribus políticas de la gestión municipal: los lilitos, los “independientes” y hasta funcionarios que no terminan de saber de qué lado quedar bien parados. En los pasillos ya se percibe un clima de reacomodamiento: todos buscan congraciarse con quien, de confirmarse el salto de Montenegro al Senado, quedaría al frente del gobierno local.
En criollo: mientras la campaña bonaerense se acelera, en el Palacio se juegan otra interna silenciosa. Nadie quiere quedarse afuera del radar de Neme, por las dudas que la mudanza de despacho se concrete más pronto que tarde.